Ciencia Arte Lenguaje

La creatividad en la nueva tecnología

Por E. García Camarero
 

Publicado en : 66/ESTAFETA DE LA PUBLICIDAD, Vol. I, época II, numero 12, pp.65-74 PAGINAS ESPECIALES/ SECCION ARTE PUBLICITARIO (10)

Generalmente se reserva la palabra creatividad para designar un peculiar tipo de actividad propiamente humana, a veces como la característica esencial definitoria del hombre. También es cierto que esa palabra tiene diversos matices que abarcan desde la creación pura hasta la realización artesanal con gusto y fantasía.

Pero este remanso de tranquilidad, esta propiedad privada « pequeño burguesa » en la que el hombre se encontraba confortable y ensimismado, está comenzando a ser invadido y aun demolido, por nuevas técnicas, nuevas ideas y nueva organización. Aunque es posible que sean mayores los temores de invasión y demolición que la realidad misma de esa situación, lo cierto es que al menos como objeto de estudio se plantea esa cuestión.

Todo se inicia con el maquinismo. La máquina de vapor desplaza el esfuerzo físico humano, organiza mejor la producción, mejora la calidad y diversifica los productos. Nuevas fuentes de energía y buenas redes de distribución de las mismas, permiten casi que se disponga de fuerza en cualquier punto de una geografía. Energía y máquinas hacen que el homo faber lo sea sólo aportando su control sobre la fabricación, pero le queda todavía para satisfacer su vanidad el mito aún más atractivo de homo sapiens. Toda la sabiduría radica en el hombre, está depositada en el hombre, es claro el consuelo de ensalzar el no hacer siempre que sepamos cómo hacer. Así, el ombligo de naturaleza pasa todavía por esa figura que nos es tan querida y que llamamos hombre, con sus derivadas, humano, humanidad, etc., que se sitúan en los primeros puestos de nuestra moral.

Pero esa situación que parecía estable, está empezando a dejar de serlo. La sabiduría, digamos mejor el conocimiento, ya no necesita como recipientario imprescindible al hombre. La información puede generarse, almacenarse en dispositivos físicos, exteriores a él, difundirse, elaborarse, etc., sin su participación directa.

En esta fase parece que es posible que la producción de bienes, de objetos, pueda realizarse sin necesidad siquiera de la atención o el control humanos. Esta situación denominada como Automación no ha crecido más en la actualidad, debido, no a las dificultades técnicas, sino al temor de desajustes sociales que su presencia puede motivar. Las relaciones trabajo-salario quedarían rotas y el fantasma del ocio y su reajuste aparecería con virulencia. Pero no creemos que el desterrar del hombre la frase « te ganarás el pan con el sudor de la frente » le condujera a cataclismos, pues si bien es verdad que contradice a una maldición bíblica, también figuran entre la mitología humana tierras felices en donde la abundancia y la ausencia de trabajo conviven.

En este mundo en que comenzamos a vivir las máquinas juegan un papel importante, y junto a la Naturaleza, aparece la Artificialidad. Así, las Ciencias Artificiales están tomando importancia comparable a las ciencias naturales. Es ya evidente el triunfo de la máquina en la realización eficaz y rápida de todas las tareas que ya habían sido anteriormente sistematizadas y codificadas con precisión, y se presenta ahora con pujanza la cuestión de qué papel desempeñará la máquina en la tarea mucho más delicada que comúnmente se denomina creatividad.

Dos son las grandes vertientes de la creatividad : la creatividad científica y la creatividad artística. Aunque parece que en ambos casos el proceso de la creación es muy semejante, se le suele presentar por separado dichas vertientes, más por el método y campo de aplicación que por su naturaleza. Lo que hizo a la ciencia avanzar con rapidez fue el gran descubrimiento del álgebra, el algoritmo. Un algoritmo es un método para resolver determinados problemas, consistente en un conjunto reducido de reglas sencillas y bien definidas, que se aplican sobre los parámetros que determinan el problema, y que nos dan de forma segura su solución. Ejemplos de algoritmo son las reglas de multiplicar y de dividir, usadas diariamente ; el producto y el cociente quedan determinados por los factores o por el dividendo y el divisor, respectivamente, datos a los que se aplican las reglas para obtener el resultado. Otro ejemplo también bien conocido es el algoritmo usado para la resolución de una ecuación de segundo grado. Los coeficientes de la ecuación determinan el problema, el algoritmo a partir de ellos nos da de forma segura las raíces o soluciones.

La idea de algoritmo ha conducido a la idea de automatismo, es decir, a la construcción de máquinas capaces de ejecutar las reglas que constituyen un algoritmo ; máquinas y algoritmos tienen precisamente dos características esenciales, su simplicidad y su finitud. El gran desarrollo de la electrónica ha posibilitado la construcción física de estas máquinas , y con su aparición el estudio de los problemas aptos para ser tratados automáticamente, han pasado a primer plano, así como la determinación de las reglas que lo resuelvan.

Un aspecto importante que destacó a los procesos algebraicos es su interés por la sintaxis, es decir, por la construcción de expresiones bien formadas independientemente de los significados o contenidos de esas expresiones. El lenguaje tomó un papel principal en el estudio de la lógica, se intentó eliminar las imprecisiones del lenguaje natural, construyendo lenguajes específicos inambiguos. El desarrollo de las comunicaciones amplió los procesos de transmisión de información y la aparición de los ordenadores como máquinas universales de programa almacenado, proporcionó nuevos ejemplos de lenguajes artificiales útiles para la comunicación del hombre con la máquina .

La comunicación ha dado un salto tanto en cantidad como en calidad en los últimos tiempos, y la característica de la comunicación articulada mediante un lenguaje todavía no se ha logrado en todos los aspectos. La codificación de los mensajes a través de símbolos básicos es tarea a la que se está dedicando un gran esfuerzo. Pero hemos de comprender que si para la formación del lenguaje humano se ha requerido un lapso considerable de tiempo, para la codificación gráfica o artística habrá que esperar a que la actual experimentación genere las estructuras y formas que soporten una comunicación por canales diferentes a los que representen el lenguaje normal.

La situación en la creación artística es diferente, pero no porque su naturaleza responda a reglas de índole distinta que la científica, sino porque hasta el presente la intervención de procedimientos sistemáticos para la construcción de obras plásticas ha sido prácticamente nula. Con ello no negamos que el artista plástico utilice ciertas reglas de composición y cromáticas cuando realiza su obra, sino sólo que la formulación de las mismas y su utilización son muy ligeras y siempre cargadas por los vagos conceptos de imaginación, intuición y emoción.

Este tipo de creación, en el que intervienen como factores importantes el azar, las libres asociaciones, el planteo global de situaciones complejas, es el que se conoce con el nombre de heurística, es el tipo de creación evidentemente humana, y coloca esta creatividad en los entresijos del cerebro todavía no conocidos e incluso inabordables. Pero frente a ella, es un hecho la existencia de innumerables algoritmos y procedimientos para la realización de ciertos procesos, y dada su existencia, aparece como totalmente injustificada su no utilización. Estamos en la prehistoria de la computabilidad, nos encontramos ante la encrucijada representada por la algoritmia y la heurística .

En esta encrucijada, ¿qué papel juega el ordenador respecto a la creatividad ?

Primero, una gran capacidad de memoria, que permite almacenar repertorios, que pueden ser catálogos de formas, o de frases, con sus características, y de relaciones de unos con otros, clasificación de los mismos atendiendo a su uso en determinados contextos, descripción objetiva de los comportamientos que implican los usos, etc. A esta masa de información estructurada se viene denominando banco de datos.

Segundo, una gran capacidad operativa para la elaboración y manipulación de toda la información pasiva contenida en los anteriores repertorios, que puede ser realizada y activada gracias a la disposición de programas de ordenador construidas con tal finalidad. A la integración en un todo dinámico de un banco de datos y un sistema de programas que pueda actuar sobre ellos, es lo que denominamos banco activo de datos.

Tercero, la gran velocidad permite ensayar miles de posibles soluciones y verificar su comportamiento, realizar la combinatoria de muchos problemas, trabajar cómodamente con el azar realizando miles de tiradas para cada experimento, etcétera.

Cuarto, la capacidad conversacional entre el hombre y la máquina, que permite controlar estrechamente la marcha de los procedimientos, e intervenir con correcciones en cuanto se detecte que se sigue un camino erróneo, o modificaciones que esas soluciones puedan sugerir al usuario.

Quinto, la presencia de dispositivos gráficos, como son el plotter y el display , permiten manipular información bidimensional sin que sea codificada en un lenguaje convencional, ampliando así la aplicabilidad de los ordenadores a temas pictóricos y gráficos.

Es cierto que la presencia de los grandes ordenadores ha sesgado hasta deformarlos muchos problemas, en el intento de resolverlos por medios automáticos. Pero también es cierto que su potencia ha hecho posible que se intenten abordar desde un punto algebraico problemas que, con anterioridad, eran a todas luces inaccesibles. Este es el caso de muchas disciplinas y en particular de la creatividad.

La potencialidad de la nueva tecnología que significaba el ordenador, no sólo se aplica a la elaboración de la información, sino también a su distribución. Las redes de ordenadores, la facilidad y sencillez que en un futuro próximo representará poseer terminales de coste reducido, incidirá en la estructura de la distribución de la información, rompiendo la asimetría de los actuales sistemas que consisten básicamente en un solo emisor y un gran número de receptores, evitando con esta ruptura que continúe la manipulación cultural a que está sometido el individuo sumergido en los sistemas contemporáneos. Las nuevas estructuras de difusión incidirán también en la creatividad.

En el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid hemos hecho algunas experiencias de creatividad plástica . Especialmente clara es la línea seguida por Barbadillo. Su obra consiste en composiciones construidas a partir de un número reducido de módulos cuadrados elementales. Los cuales pueden ser transformados por simetría, giro o complementación, y yuxtapuestos de acuerdo a unas reglas. Con cuatro módulos forma una palabra y con cuatro palabras una frase o cuadro completo. Para este trabajo el auxilio del ordenador es importante, ya que para él es fácil interpretar las reglas de composición y realizar la combinatoria. Otras tentativas interesantes han sido hechas por Yturralde, para el estudio de sus figuras imposibles ; Sempere ha estudiado ciertas curvas matemáticas y recientemente ha ensayado con construcciones figurativas mediante las modificaciones de un reticulado, de esta forma ha realizado un autorretrato ; Alexanco, quien trabaja en tres dimensiones, considerando las superficies definidas por sus curvas de nivel, que somete a transformaciones ; Gómez Perales trabaja usando rectángulos de lados con dimensiones en la serie de Fibonacci ; Tomás García genera recetas de color ; y otros, como Gerardo Delgado, Soledad Sevilla, Ana Seguí, Enrique Salamanca, Quejido, etc., han desarrollado diversas experiencias. Aparte de la generación de formas es importante definir criterios de valoración estética, en ese sentido J. M. Prada, siguiendo la línea informaciones de Moles, ha construido un modelo de estetometría que en la actualidad está contrastando .

Otra experiencia de creatividad se está llevando a cabo por Seguí, Sarquis, García Camarero, orientada hacia la composición arquitectónica. Es un ensayo de descubrir criterios objetivos mediante los que se realizan proyectos arquitectónicos, y con esos criterios hacer que el ordenador se encargue de las realizaciones concretas. La idea es como asociar a cada actividad un espacio en el que debe desarrollarse, y a cada conducta considerada como secuencia de actividades elementales, asociar un espacio compuesto dentro del cual puedan realizarse las mismas.

Ejemplo concreto de la aplicación de métodos algorítmicos al diseño gráfico, podemos citar la creciente contribución de Zimmerman y Cartes publicada en el número 3 de Documentos de Comunicación Visual. Las variaciones que se pueden formar con un logotipo, y con diversas formas de puntas de flecha son cuidadosamente programadas, si bien es cierto que estos programas han sido desarrollados sin ordenador, su metodología es perfectamente apta para que se hubiera utilizado, ensayando muchas más variantes. En el caso del diseño gráfico, como en la pintura, la gran dificultad está en la definición de los campos semánticos, ya que en la mayor parte de los casos se refiere a los significados de mensajes que parten de niveles inconscientes y que tienen incidencia también en los niveles más profundos de nuestra conciencia. Por eso, sin descartar la posibilidad del descubrimiento y codificación de estos campos semánticos, como la realiza el psicoanálisis freudiano a través de los mitos y de los símbolos, lo que suele hacerse por comodidad, es prescindir directamente de la semántica y quedarse sólo con el aspecto sintáctico, es decir, puramente formal, y realizar posteriormente verificaciones para controlar si las formas cumplen con los objetivos pedidos en la modificación del comportamiento del sujeto que recibe el mensaje.

Ante la alternativa que muchos detractores de la ciencia presentan de que la técnica terminará esclavizando al hombre, habría que decir que es el hombre quien controla y pone finalidad a la máquina y que al estar ésta a su servicio en los campos humanísticos, el crecimiento de las humanidades alcanzará niveles comparables con los logrados por la tecnología contemporánea. La crítica a la tecnología debe trasladarse a la crítica de la tecnocracia. No es la técnica lo criticable, lo es el técnico, y más aún el político que decide el empleo de la técnica. Un buen empleo de la técnica puede significar un nuevo renacimiento de la humanidad que, como el que tuvo eclosión en el siglo XVI, estará soportado por una tecnología avanzada ; en aquella ocasión la Náutica, la Mecánica y la Imprenta ; ahora, la Astronáutica, la Electrónica y la Informática.

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