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La Biblioteca Digital y la Difusión de la cultura. (2003)

Matemáticas, informatica, otros. :: Biblioteconomía

La Biblioteca Digital y la Difusión de la cultura. (2003)

Por Ernesto García Camarero
 

Conferencia dada en el Ateneo Cientifico, Literario y Artistico de Madrid, el día 26 de febrero de 2003, a las 7.30

1.- Introducción

Es claro que la Biblioteca Digital hay que enclavarla dentro del marco de las Nuevas tecnologías. Por este solo hecho, muchos tecnófobos rechazaran por sistema esta manifestación del avance tecnológico, compartiendo una irracionalidad también presente en los tecnófilos que aceptan sin análisis previos cualquier nuevo resultado por el mero hecho de venir teñido con el color de la neotecnología.

La disponibilidad universal de las publicaciones. Pero la Biblioteca Digital hay que situarla principalmente como parte del desarrollo de un nuevo Humanismo (en el que el hombre es la medida de las cosas) que está emergiendo en el Resurgimiento que, pese a los malos augurios presentes, está próximo a aparecer. Por tanto no hay que quedarse en la tecnología que es mera herramienta, sino en la función civilizadora que significa la difusión de la cultura. Aquí precisamente radica el interés de la Biblioteca Digital como faro de cultura análogo al que representaron las demás bibliotecas que, desde la antigüedad, han sido el elemento esencial para la difusión del pensamiento y del conocimiento acumulados.

Hagamos algunas breves consideraciones sobre la estrecha vinculación e importancia que en todos los tiempos ha tenido la técnica para la organización y desarrollo de las sociedades humanas. Es una trivialidad indicar que en toda época y condición el hombre se ha servido de herramientas y de técnicas y que estas han formado siempre parte consustancial de su ser social.

Pero dejemos a los antropólogos que analicen las técnicas que permitieron la organización de las tribus primitivas. Y a los historiadores del mundo antiguo, que estudien las implicaciones de las técnicas con que se construyeron las grandes obras, como la muralla china, las pirámides egipcias (o las mayas y aztecas) o la vasta red de calzadas romanas que comunicaron los puntos mas alejados de Europa. Técnicas todas que, dado su todavía escaso desarrollo, utilizaron la esclavitud como fuerza ejecutora.

Recordemos cómo, más recientemente durante la Edad Media, tuvieron lugar la aparición y la actividad de los numerosos oficios artesanos que ejercieron nuevas técnicas, y dieron paso a todo un entramado de nuevas relaciones sociales. Técnicas que a partir del primer milenio se suceden en diversos periodos que, con una caracterización un tanto arbitraria, Munfold denomina eotécnicas [1] (cuando eran el agua y madera sus elementos esenciales), paleotécnicas (cuando lo eran el hierro y el carbón) y neotécnicas (cuando son la electricidad y las aleaciones sus componentes esenciales), aunque como veremos más adelante lo característico de la neotecnología es la utilización masiva de engría y de información.

Las viejas y las nuevas tecnologías están separadas por el salto cualitativo producido por la objetivación de la información. La toma de conciencia de la importancia de la información en todos los procesos humanos y naturales, junto con su multiplicación y difusión de aquella, convierte a la información en el fenómeno más relevante de la cultura contemporánea. Así pues, la información es un concepto clave que se convierte en el eje sobre el que se mueve la organización emergente de las nuevas sociedades.

2.- El libro y las bibliotecas.

2.1 Lenguaje e información : lenguaje oral y lenguaje escrito.

La información es inseparable de la comunicación. En todo sistema comunicativo siempre intervienen, además del emisor y del receptor, tres elementos : el emisor, el canal y el receptor (en algunos casos cualquiera de estos elementos pueden ser múltiples) el mensaje y el medio.

Un mensaje es una cadena de símbolos, tomados de un alfabeto, construida por el emisor usando determinadas reglas sintácticas. La información del mensaje se sustenta siempre sobre un soporte simbólico que materializa eso, sutil e impalpable, que se entiende por significado. La cadena de símbolos que constituye un mensaje contiene un significado, que le ha sido asignado mediante reglas semánticas. El mensaje debe ser interpretado por el receptor, quien debe conocer las reglas sintácticas y semánticas con las que lo ha construido el emisor. Vemos pues que estamos hablando del lenguaje.

El medio está formado por el soporte físico de la información y por el canal por donde circula el mensaje

Dejando aparte el lenguaje genético que se genera y reconoce por elementos biológicos (lenguaje este que es esencial para la evolución de la vida y mediante el cual se regula el comportamiento inconsciente de todos los seres vivos, y que es un lenguaje innato e irreflexivo), miremos hacia el lenguaje articulado, típico del ser humano, que es el que sustenta su cooperación social y el que da origen y permite la formación de su cultura.

El lenguaje humano, que podemos llamar "natural", es el lenguaje oral que en su actuación se apoya en las características anatómicas (cuerdas vocales y demás órganos de fonación), psicológicas y fisiológicas (esencialmente alojados en el cerebro y en el sistema nervioso) del hombre, y que para su uso no necesita de dispositivos ni de instrumentos que estén fuera de su cuerpo y utiliza como soporte las ondas sonoras y como canal el aire que se interpone entre el hablante y el oyente. Pero el lenguaje oral tiene dos limitaciones importantes para la acumulación y difusión del conocimiento :

* sus mensajes son efímeros, se desvanecen una vez emitidos y

* su alcance no sobrepasa unas decenas de metros de donde los produce el emisor.

estas limitaciones impiden la acumulación de información e imposibilitan el envío de información a grandes distancias.

Estas restricciones se superaron con la aparición del lenguaje escrito. La escritura es un invento del hombre, y como todo invento ha evolucionado con el tiempo después de realizar múltiples ensayos y aun sigue evolucionando en nuestros días. Las escrituras cuneiformes, ideográficas, jeroglíficas, alfabéticas son distintas etapas de la evolución de esa técnica que todavía sigue su curso. Además queremos subrayar el hecho de que para escribir y leer se requiere un complejo aprendizaje de varios años de dedicación. Por eso, históricamente, esos saberes (leer y escribir) que ahora consideramos elementales, estaban reservados a grupos muy reducidos de personas de rango social elevado. Solo desde los últimos cien años puede decirse que la alfabetización es general (y no en todos los países).

2.2. El libro como forma de representación del conocimiento. Estructura. Aparición y evolución. El libro digital.

A lo largo de la historia ha sido el libro el principal soporte para la conservación y difusión de la información. Las ciencias, las artes, la literatura, la historia,... todo el conocimiento acumulado por la Humanidad ha tenido su más fiel reflejo en el libro.

Suele creerse que lo utilizado antes de la aparición de los ordenadores para producir libros no era tecnología. Sin embargo, en este caso, como con cualquier otro producto, el libro siempre ha sido un producto tecnológico que, según las épocas, ha utilizado para su confección técnicas diferentes.

En efecto, el libro en su forma actual puede considerarse simplemente como un producto industrial consistente en un soporte material formado por un conjunto de gran número de hojas de papel, cosidas entre sí por uno de sus márgenes, sobre las que aparecen registradas de forma impresa los contenidos de la obra que sirve para contener la expresión escrita del pensamiento en alguna de sus múltiples facetas.

No ha tenido siempre el mismo aspecto material, en periodos anteriores se han utilizado para su fabricación artesanal otros soportes materiales sobre los que grabar la información, como las tabletas de arcilla, el papiro, el pergamino, etc., y otras formas de coleccionar las hojas, como los rollos, el plegado en forma de fuelle,... o de grabar la información mediante punzones, pinceles o plumas, u otras técnica.

En cualquier caso, con independencia de su forma, tanto ahora como antaño, el libro siempre ha sido un producto tecnológico, como vamos a ver a continuación al recorrer sucintamente la producción de libros en sus dos formas mas importantes : los manuscritos y los impresos.

El libro manuscrito.

Producción :

Fue Atenas en el siglo V a. C., el principal centro de producción de libros (en forma de rollos de papiros). Dos siglos después pasó a Alejandría el foco más importante de producción y venta de libros ; actividad desarrollada desde la famosa Biblioteca de esta ciudad del norte de Egipto, en la que se formaron gran número de escribas, encargados de la fabricación de los libros.

Al comienzo de nuestra Era, fue Roma el principal productor de libros, que se componían gracias al mecenazgo de ricos amantes de la cultura, con suficientes recursos para pagar a grupos de esclavos que realizaban esta tarea.

En la Edad Media, la producción de libros pasa a realizarse casi exclusivamente en los escritorios de los monasterios, hasta la aparición de las universidades, en el siglo XIII, en las que también se prepararon la edición de algunos libros de texto. La escuela de traductores de Toledo.

Difusión :

La difusión del libro en la Antigüedad era muy escasa. Generalmente los libros se distribuían poniéndolos a la venta, alquilándolos, o mediante la asistencia a lecturas colectivas (pagadas o no). En la época de esplendor de la Biblioteca de Alejandría, se distribuyeron los libros por todo el Mediterráneo aprovechando las rutas comerciales ya establecidas para otros productos.

Los libros fabricados durante el Medioevo se destinaban, en principio como libros religiosos, para el propio uso de de los monjes de los Monasterios y el de sus fieles. Después se hacían también algunos encargos para príncipes, reyes o nobles. Los libros de texto hechos en las universidades se destinaban a su propio uso en la universidad por profesores y escolares, al intercambio con otras universidades y a la venta.

Además en esta época el libro era, en algunas ocasiones, un objeto suntuario, precioso, una joya, llena de miniaturas e ilustraciones a todo color y con dorados, conservado en valiosas encuadernaciones hechas con pieles o tejidos finos y, a veces, llenos de piedras preciosas. Es lo que ahora se entendería por obra de arte, en la que el continente era, en muchos casos, mas importante que el contenido.

Se desprende de lo que acabamos de decir que la producción de libros era muy costosa y los centros de creación muy poco numerosos. Por lo tanto, los libros manuscritos eran escasos y caros y se dirigían a una muy reducida población. La incidencia del libro en la población en general era prácticamente inexistente en épocas anteriores al Renacimiento.

El libro impreso.

Esta penuria en la producción y existencias de libros, se vio ampliamente superada a partir de la segunda mitad del siglo XV, como consecuencia de la aparición de la imprenta de tipos móviles. La imprenta, gracias a su capacidad multiplicadora, ha sido, como se ha repetido infinidad de veces, el primer medio tecnológico que permitió la difusión de las ideas y de los saberes en ámbitos geográficos y sociales muy amplios, a los que los medios manuscritos anteriores les era imposible llegar. Este hecho facilitó una revolución cultural sin precedente, que ha sido la antesala de la que se está produciendo en estos momentos.

Producción :

El origen de la imprenta se atribuye a la China del siglo II. En esta época los chinos ya conocían el papel y la tinta, dos inventos esenciales, previos y necesarios para alumbrar la técnica china de la estampación. Esta consistía en estampar sobre hojas de papel textos religiosos inscritos como bajorrelieves en las paredes de los templos budistas u otros textos grabados expresamente sobre láminas de diversos materiales. Se conservan varios libros chinos y japoneses de los siglos VIII y IX impresos con esta técnica.

La comunicación comercial de Occidente con China, a través de Samarcanda, trajo a Europa por medio de los árabes la técnica de fabricación del papel. También se practicaron en Europa los métodos de grabados sobre madera, utilizados desde el siglo XII para confeccionar las letras iniciales y capitulares que se estampaban sobre los manuscritos y que posteriormente eran iluminadas con diversos colores. También se empleaba desde el siglo XIV esta técnica para la estampación de naipes. Después, a comienzos del siglo XV, se aplicó en la elaboración del libro xilográfico, del que es un ejemplo la Biblia Pauperum.

Fue el uso de los tipos variables y de las prensas (ya utilizadas en Europa para otros menesteres) lo que hizo que, desde mediados del siglo XV, el procedimiento de la estampación se convirtiera en un invento eficaz y económico para la composición y la multiplicación de copias en la elaboración de los libros.

Este invento no fue lanzado como un descubrimiento, sino más bien se desarrolló con sigilo y a sus productos se los consideraba como falsificación de las obras manuscritas. Fue Gutenberg (c.1396-1468), oriundo de Maguncia, grabador y estampador de láminas en Estrasburgo, quien durante muchos años maduro la idea de la impresión de tipos móviles y fue resolviendo los múltiples problemas que esta técnica planteaba, especializándose en orfebrería y sorteando la acusación de brujería que su actividad hacía sospechar.

Después de recorrer diversas ciudades europeas, finalmente se instaló en Maguncia en 1448 y en pocos años, con la colaboración de Johann Fust y de Peter Schöffer (con los que se asoció para fundar la primera imprenta), perfeccionó el invento con el que se editó en 1456 la Biblia de Gutenberg, considerado como el primer libro impreso de la historia. Gutenberg vendió varios ejemplares de esta obra en París ocultando el procedimiento con el que estaba hecha. De su cotejo se observó que todos tenían las erratas en los mismos lugares y otras analogías que indujeron a sospechar que estaban hechos en serie y a pedir que se diera a conocer el procedimiento. Las congregaciones religiosas se vieron perjudicadas en el monopolio que hasta entonces tenían en la confección de libros y acusaron que tal invento se debía a un pacto con el demonio.

El libro impreso ha conseguido, en sus quinientos años de evolución, una perfección técnica admirable. Esta perfección, por una parte, es el resultado de las espectaculares mejoras tecnológicas que se produjeron, a partir de la Revolución Industrial (en especial desde la aparición de la máquina de vapor) en los medios de impresión : la prensa cilíndrica o rotativa, la fabricación de rollos de papel continuo, y las mejoras en la calidad de las tintas, en los colores y en el los tipos de papel utilizados.

Muy notable fue también la evolución de los métodos y las mejoras en las técnicas de composición. A la tipografía, consistente en la composición a partir de tipos móviles de plomo distribuidos en cajas de madera de donde se tomaban las letras de una en una para componer una línea, una página y el libro, se pasó a otros procedimientos más automáticos como la linotipia, la estereotipia, y la fotocomposición.

Evolución de la estructura del libro impreso.

También fue muy profunda la evolución de la manera de organizar y presentar la información contenida en los libros. Nos referimos al tamaño de las publicaciones para que fuesen manejables, a la manera de fragmentar los textos en partes, capítulos, etc.., para que fuesen más legibles, a la paginación e inclusión de índices diversos que facilitasen la localización de la información buscada, a las distintas formas de añadir notas al pie, al final del capítulo, a las maneras de señalar las referencias de unas partes a otras del texto para su mejor compresión, a las formas de establecer las referencias a otras obras para obtener información complementaria pertinente o para subrayar la fuerza de los propios argumentos con los dados por otros autores.

Todas estas características empiezan a desarrollarse ya desde el siglo XVI. Las denominaciones de folio, cuarto, octavo, etc., para expresar los tamaños de los libros provienen de esa época, así como la inclusión de la portada, la introducción, la fe de erratas, algunos índices, etc.. En la actualidad estas características se han consolidado y mejorado con la definición de normas que las regulan.

Difusión :

Gracias a la invención de la imprenta la información empezó a acumularse en cantidades cada vez mayores y a producirse y distribuirse por zonas geográficas cada vez más amplias.

Una vez conocido el procedimiento de producir libros mediante la tipografía y la impresión, la propagación de imprentas por Europa fue muy rápida. Para ilustrar esto nos limitaremos a decir que se imprimieron más de 6000 obras en menos de cincuenta años y que en 1500, sólo en Venecia, que era el principal centro productor de libros, se reunían más de 400 imprentas. En España las primeras imprentas se instalaron en Segovia (1472), Valencia (1474), Barcelona (1475) y en Sevilla (1477). También la imprenta llegó pronto a América, instalándose la primera en México en 1539. En la primera mitad del siglo XVI había en Salamanca 56 imprentas y 84 librerías.

También, tomando los datos estimativos dados en la Enciclopedia Británica sobre la producción de impresos en Inglaterra, en los últimos siglos, podemos indicar que hacia 1750 se imprimían unos 100 títulos al año, producción que crece hasta 600 títulos en 1825 y que a finales del siglo XIX supera los 6000 títulos (es de suponer que una evolución análoga se diera en otros países avanzados de Europa). Las tiradas en esta época eran relativamente reducidas.

Todos estos cambios y mejoras unidos a la continua expansión de la alfabetización y la formación, han conducido a que las tiradas de las ediciones de libros sean cada vez más grandes, y que los libros, especialmente en sus ediciones de bolsillo, se difundan de forma muy considerable en todos los ámbitos sociales.

Así vemos que llegando a nuestros días la producción a alcanzado un desarrollo extraordinario, ya que el volumen económico relativo a los libros impresos, solo en Europa en 1995, superó los 23.000 millones de Euros (cerca de 4 billones de pesetas), y esta cantidad sólo representaba el 27 % de todas las publicaciones impresas (es decir si incluimos además periódicos y revistas). En el año 2001, solo en España, se publicaron mas de 62.000 títulos, de los que se imprimieron 218 millones de ejemplares.

El libro electrónico.

De todas formas, pese a que el libro impreso ha conseguido una gran calidad técnica de organización y concepción, vemos que su modo de producción necesita ser revisado en la actualidad.

En efecto, para superar algunas de las dificultades que va a plantear la enorme demanda de información en forma de libros en las próximas décadas, la imprenta y los actuales canales de distribución no serán los modos más adecuados para atender esas expectativas. Es impensable que para la demanda creciente de una población de cerca de los ocho mil millones de habitantes que tendrá el planeta a mediados del siglo XXI se sigan utilizando los actuales métodos, principalmente para atender la enorme demanda información que sin duda se producirá en un futuro próximo. Ya que con esos métodos se plantean grandes inconvenientes materiales de producción. Por eso, para posibilitar la edición de una gran cantidad de nuevas publicaciones, y también para atender los problemas de distribución que ello conllevará, principalmente debido al hecho de que las comunidades que demandan la utilización de libros están situadas en zonas geográficas cada vez más extensas y mas distribuidas.

Todo esto nos está conduciendo a un nuevo salto en las formas de edición y a una nueva concepción del libro, en el que el soporte de información tiene un fundamento tecnológico distinto del impreso, pero que sus contenidos y organización son similares, con ciertas variantes, a las del impreso, y que ya se denomina libro electrónico. Este salto está siendo producido como consecuencia de la Segunda Revolución Industrial. Consiste, básicamente, en depositar textos en forma digital mediante procedimientos electrónicos sobre un soporte físico (generalmente magnético, o magnetoóptico). Su difusión se realiza por la red, de ordenador a ordenador, o utilizando como soporte el CD-ROM u otro medio análogo. La lectura del libro electrónico se hace directamente en una pantalla de ordenador o de otros dispositivos más recientes, o indirectamente sobre papel mediante su impresión en impresora local conectada al ordenador.

No faltan críticos ante los cambios que da nueva forma al libro y, sin llegar suponer la intervención del diablo como ocurrió con ocasión de la imprenta, subrayan con énfasis los elementos negativos que todavía presenta esta incipiente forma de editar. Estos, fundamentalmente, son debidos a la lectura de textos extensos en la pantalla de un ordenador [2] (procedimiento que con las pantallas actuales es tedioso y fatigante), a la inestabilidad de la información electrónica (originada por la sencillez de modificar los contenidos con nuevas versiones). A todos ellos se añaden, en el caso de las publicaciones en red, los inconvenientes derivados de la facilidad de cambiar de ubicación (lo que altera las localizaciones que en muchos casos modifica la efectividad de los hipervínculos) y la dificultad de definir su autenticidad (es decir, que no ha habido alteraciones fraudulentas). Evidentemente son cuestiones reales en la actualidad, aunque se avanza de forma muy rápida en la obtención de soluciones.

2.3. La biblioteca como repositorio de conocimiento. Aparición y difusión de las bibliotecas. La biblioteca digital.

Junto a la aparición de la escritura y del libro, apareció también la necesidad de su acumulación, organización, conservación y custodia, para facilitar su posterior lectura.

Los libros, con independencia de los distintos tipos de soporte físico (tabletas de arcilla, papiros, telas, pieles diversas, pergamino, papel, etc.), se han acumulado en todas las épocas en diferentes tipos de almacenes. La acumulación de estos materiales dio origen desde tiempo muy antiguos a la formación de repositorios de información o bibliotecas, que se han ido desarrollando al tiempo que evolucionaban las técnicas de producción del libro y aumentaba su cantidad y su difusión

La evolución de las bibliotecas también es la evolución de la técnica de organización de los depósitos y de la creación de los catálogos para guiar en la búsqueda y obtención de las piezas documentales buscadas. Esta técnicas, denominadas modernamente bibliotecología o biblioteconomía, pueden considerarse en muchos sentidos como los antecedentes mas directos de la actual y omnipresente informática, ya que también esta tiene como función principal la organización y búsqueda de la información almacenada en las memorias de los ordenadores, tanto pasiva (datos) como activa (programas).

Las técnicas biblioteconómicas de conservación, catalogación y utilización de los fondos de las bibliotecas, se desarrollan y elaboran cada vez con más precisión, para atender al rápido crecimiento del número de nuevas ediciones y al mayor uso de las mismas ; ya no solo se trata de la custodia, sino también de incrementar, localizar y difundir el material escrito.

Pero recorramos a grandes pasos la evolución de las bibliotecas. Podemos referirnos a tiempos muy pretéritos y ver que ya en Mesopotamia durante el siglo VII antes de Cristo, existían repositorios de tabletas de arcilla con inscripciones cuneiformes. O a la época de la Grecia clásica, en la que la Gran Biblioteca de Alejandría  [3] , según la tradición, se conservaban 500.000 rollos de papiro y que, fue sin duda, el foco mas importante para la custodia y difusión de la cultura antigua. A esta Biblioteca seguía en importancia la de Pérgamo fundada hacia el año 200 a.C..

En el periodo romano, también se crearon numerosas bibliotecas, como la Biblioteca Palatina, la Biblioteca Ulpiana fundada por Trajano o la Publica de Roma que contaba con 28 sucursales. Sin olvidarnos de un epígono como la Biblioteca de Constantino en Bizancio.

Durante la Edad Media, son primero los monasterios (recordemos Liébana en León, San Millán de la Cogolla en Castilla, y Ripoll en Cataluña, por citar algunos de la península Ibérica), y mas tarde en las universidades, donde se crean, custodian y utilizan las bibliotecas.

Durante estos dos mil primeros años de actividad bibliotecaria, los documentos escritos eran piezas únicas, o consistían en un muy reducido número de ejemplares y la principal misión de las bibliotecas era la custodia del material escrito (manuscritos) para su posterior reproducción o copia. El total de la información acumulada, visto desde la perspectiva actual, era relativamente pequeño.

Durante el albor del Renacimiento se inicio, de forma todavía modesta, lo que las bibliotecas iban a significar en la difusión del libro y por tanto de la cultura. En 1373, el rey Carlos V de Francia funda una biblioteca, que con 1000 volúmenes seria el embrión de la actual Biblioteca Nacional de Francia. En Italia, en sus principales ciudades surgen bibliotecas como la Marciana de Venecia (1441), la Laurenziana en Florencia, la Ambrosiana de Milán, como las mas importantes entre otras muchas, sin olvidar la que sin duda sería una de las mejores : la Biblioteca Vaticana.

Fue a partir del siglo XVI, cuando la imprenta incrementa de forma muy notable la producción de libros, y por este influjo crece la necesidad de aumentar el numero, el tamaño y la complejidad de las bibliotecas en Europa. La antigua biblioteca de la Universidad de Oxford, se refunda en 1545, por iniciativa de Thomas Bodley, con el nuevo nombre de Biblioteca Bodleyana. En París se funda en 1553 la Biblioteca de Santa Margarita, por influencia de la mujer del rey de Francia, Enrique IV. Recordemos el excelente ejemplo de la Biblioteca de El Escorial  [4] fundada en 1584 con la pretensión de conservar un ejemplar de cada una de las obras que se editasen en Europa. En Francia, Mazarino, en 1643 abre la primera biblioteca para estudiosos de ciencias y letras. Las Academias de Ciencias de diversos países crean sus propias bibliotecas para acopiar la información sobre los nuevos conocimientos surgidos sobre la naturaleza. Las bibliotecas reales, origen de muchas de las Bibliotecas Nacionales  [5] europeas proliferan en el siglo XVIII

Si he gastado unos minutos en recordar el repertorio de algunas de las bibliotecas más importantes que han existido en todos los tiempos ha sido solo para traer a vuestro espíritu el esfuerzo que en todos los tiempos se ha hecho por conservar, organizar y difundir el pensamiento colectivo desarrollado por la Humanidad. Para que observemos cómo a partir de un conocimiento, inicialmente reducido, se ha ido incrementando a lo largo de la historia de una forma continuamente acelerada, y cómo en la actualidad estamos presenciando una gran explosión en el numero de documentos en los que se registra ese conocimiento. También ahora, de manera más acentuada, se ha incrementado el numero de los lectores que acceden a esos materiales y de los estudiosos que incrementan tanto el nuevo conocimiento como el numero de los nuevos documentos necesarios para su difusión.

Con la contemplación de este panorama, queremos resaltar el hecho de que la aceleración en la producción de nuevo conocimiento es en gran medida resultado de la existencia de bibliotecas. Y también recordar, como en cada época, la organización de las bibliotecas han adoptado las mejores técnicas que necesitaban para su buen funcionamiento.

En la actualidad, la explosión de la cantidad de información y de la demanda de la misma esta llegando a limites tales, que deberán superarse las enormes dificultades que se presentan en la organización de las bibliotecas de papel. Ante esta nueva situación, comienza a ser imprescindible utilizar otros medios y otras técnicas, no solo para cambiar los soportes de la información y usar otros distintos al papel impreso, sino también para crear otros tipos de bibliotecas en las que no sea necesario desplazarse para utilizar sus salas de lectura (análogas a los antiguos escritorios) para acceder a la información. No podrán seguirse utilizando por mucho tiempo este tipo de bibliotecas y es necesario encontrar alguna solución.

La solución que se está perfilando es un nuevo tipo de bibliotecas, sin paredes, sin estanterías ni salas de lectura, a la que se pueda acceder en cualquier momento (sin horario) y desde cualquier lugar y obtener cualquiera de las piezas bibliográficas que se hayan editado en el mundo.

Este nuevo tipo de bibliotecas se conocen como Bibliotecas Digitales. Este plural que utilizamos al denominar al nuevo tipo de bibliotecas es transitorio, ya que pronto será difícil identificar las bibliotecas particulares y todo el sistema bibliotecario mundial interconectado, tenderá a considerarse como una sola Gran Biblioteca Universal, con los fondos digitales distribuidos por todo el Mundo y con centenares o millares de replicas que impidan la destrucción de la información como ocurrió reiteradas veces en las Bibliotecas Clásicas.

En estas nuevas bibliotecas los libros serán, hasta que aparezcan soportes más nuevos, libros electrónicos o digitales, a los que se podrá acceder desde cualquier lugar geográfico, desde el propio lugar de trabajo, o domicilio, o desde donde haya una estación de acceso que posiblemente, en breve plazo, podrá ser una extensión de teléfono móvil adaptado para facilitar la lectura.

Pero dejemos para el próximo párrafo el entrar en alguno de los pormenores de la Biblioteca Digital.

3.- La biblioteca digital en la sociedad del conocimiento.

Por fin llegamos al meollo de esta conferencia. Las palabras anteriores pueden parecer como un recorrido innecesario, por conocido, cuando lo que interesa es saber que ocurre con eso todavía difuso que se denomina Biblioteca Digital.

Ante todo, deberíamos justificar por qué utilizar otros medios cuando es mucho más agradable leer un libro de papel. Si son propios : por la relación personal, intima, que se crea con ellos una vez leídos. Si son de una biblioteca : por la emoción de tener entre las manos libros antiguos o primeras ediciones.

Además, podríamos cuestionarnos por qué esta apareciendo está nueva forma de bibliotecas ¿será una moda del snobismo tecnológico ? ¿cuál es su importancia en estos momentos en los que, afortunadamente, las bibliotecas de papel son numerosas y, en general, bien dotadas ?, ¿deben aparecer en momentos en los que la edición de libros es abundante y los libros fáciles de adquirir y, en general, a precios muy asequibles ? ¿no será demasiado caro desarrollar bibliotecas de este tipo ?.

Lo que ahora se nos ofrece, presenta grandes dificultades para aprender las formas de localización y de acceso a los libros, la incomodidad de leerlos sobre una pantalla de ordenador, recibiendo la luz directa en lugar de una luz reflejada como ocurre cuando se lee sobre papel. Con lo que ahora se nos ofrece resulta también muy difícil hacer anotaciones al margen en las paginas leídas, o marcar o subrayar párrafos de interés para usarlos en citas o en futuras lecturas, etc.

No seguiré resaltando los inconvenientes que todavía hoy presentan la edición electrónica y las incipientes bibliotecas digitales. Veamos, más bien, cuales son las ventajas y, diría más, cual es la actual necesidad para que hayan aparecido y se estén desarrollando a buena marcha las bibliotecas digitales.

Empezaremos diciendo que, como en todos los periodos históricos anteriores, las bibliotecas tienen que responder a las necesidades de acumular y organizar la información (toda la información relevante) para ponerla al servicio de quienes la demande. Hasta aquí nada nuevo. Pero veamos como es esa demanda y, sobre todo, como será esa demanda en la sociedad que ya se denomina Sociedad de la Información y del Conocimiento.

Solamente con observar el nombre con que se conoce a la sociedad naciente, y antes de entrar en otras consideraciones, se percibe que la utilización de la información y la creación de nuevo conocimiento deberán jugar un papel importante, deberán ser los dos elementos fundamentales en la conformación de la nueva organización social. Dando un paso más, vemos cada día que otra de sus características es la manera en que la actividad productiva humana se va desplazando de la producción de bienes materiales a la creación de bienes inmateriales.

En efecto, la producción de bienes materiales se está realizando, cada vez de más, mediante el uso de maquinas automáticas. Maquinas estas, en las que la información incide de una manera determinante. Maquinas, que son el resultado del esfuerzo acumulado de la Humanidad, esfuerzo físico (trabajo) del que ha partido toda experiencia y todo conocimiento, y esfuerzo mental movido en gran parte para reducir y hacer menos rudo el trabajo humano.

Así se percibe a lo largo del desarrollo de las civilizaciones. Por una parte la sistematización de las experiencias acumuladas conducen al conocimiento racional, teórico. Por otra parte, la aplicación del conocimiento teórico facilita la aparición de tecnologías que tienden a liberar al hombre de la servidumbre del trabajo repetitivo y mecánico.

Los grandes saltos del pensamiento científico y técnico los podemos situar en tres momentos históricos decisivos : la Grecia Clásica que alumbró el conocimiento racional, la Europa Moderna (siglos XV-XVIII) que desarrollo la razón, completándola con el método experimental, y la Revolución Tecnológica, activa en los dos últimos siglos y que se está acelerando en nuestros días.

Detengámonos un momento en ver algunos aspectos y consecuencias del tercer de los hitos mencionados.

En primer lugar la Revolución Tecnológica presenta dos etapas conocidas como Primera y Segunda Revoluciones Industriales, que respectivamente se refieren a la utilización de fuentes energéticas y de información distintas a las aportadas directamente por el hombre.

Hasta la Primera Revolución Industrial, que podemos situarla a comienzos del siglo XIX, la energía y la información que se requería en la producción de bienes materiales era aportada directamente por el hombre. La energía era aportada mediante su esfuerzo físico personal (aun sin olvidar que a veces era ayudado por los animales de tracción, o por corrientes se agua o de aire en los molinos y en las velas), y la información la aportaba directamente el hombre mediante el conocimiento adquirido durante el aprendizaje de los oficios y de las técnicas especificas. Si se usaba información no aprendida (planos, fórmulas, recetas, etc.) era siempre necesario que esta información fuera interpretada por el hombre.

La maquina de vapor, como el primero de una sucesión de otros motores, suele tomarse como símbolo de esta Primera Revolución Industrial. Grandes yacimientos energéticos (carbón, petróleo, nuclear, solar) liberan al hombre de aportar su propia energía. De todos son conocidas las enormes repercusiones sociales y económicas de este hecho, cuyas consecuencias todavía estamos viviendo. Recuérdese la forma de producción que culmina en el llamado Taylorismo, o Fordismo, del que hace buena critica Charles Chaplin en su película “Tiempos Modernos”.

El libro, los periódicos y las revistas impresas, junto a las bibliotecas de papel, han sido durante este periodo, que dura hasta nuestros días, los medios de difusión de la información. Medios que han ayudado a dar un salto muy importante en la formación cultural e intelectual de los pueblos, y en la erradicación del analfabetismo.

Con la Segunda Revolución Industrial se logra el hecho muy notable de que aparezcan máquinas que interpretan la información codificada, lo que significa que el aporte de información que estas maquinas necesitan para realizar los procesos productivos de bienes materiales, no proviene directamente del cerebro de los hombres, sino a través de los inmenso yacimientos de información operativa situados en las memorias de los ordenadores. Con estas nuevas maquinas se generalizan los procesos automáticos en la fabricación industrial, así como sus aplicaciones a los servicios y a otras diversas actividades. Son el ordenador y la informática los medios utilizados para simbolizar esta Segunda Revolución Industrial.

Los procesos automáticos van liberando paulatinamente al hombre de realizar las tareas necesarias para la producción de bienes materiales, y, gracias a ello, pueden orientar su actividad en mayor medida a la producción de bienes culturales o inmateriales (ciencia, técnica, arte, entretenimiento...). La información y el conocimiento son las materias primas de todas estas actividades. Las nuevas formas requeridas para la producción de bienes inmateriales nada tienen que ver con aquellas largas de cadenas de montaje, en las que el hombre ejecutaba los procesos repetitivos y mecánicos fijados previamente con precisión por los planificadores. Ahora lo que se solicita es una nueva forma de producir más libre, menos supeditada a los planificadores, más coordinada y menos competitiva que nos lleve a una nueva organización social que sea la estructura necesaria para que finalmente nazca la Sociedad de la Información y el Conocimiento.

En esta nueva sociedad deberemos disponer, con facilidad y agilidad, de toda la información pertinente que en cada momento se necesite para la realización de sus tareas especificas. Para ello se requiere de nuevos soportes físicos donde grabar el conocimiento, y de un nuevo tipo de bibliotecas que custodie, organice y facilite el acceso a toda la información. Ese nuevo tipo de bibliotecas es el que se conoce con el nombre de Biblioteca Digital.

Aunque en una conferencia como esta, no debemos entrar en pormenores técnicos, al menos indicaremos algunos de los rasgos generales que caracterizan a las bibliotecas digitales.

1.- La información debe estar codificada en una forma digital (los franceses dicen “numerizada”), tanto los textos, como las imágenes o los sonidos. 2.- La información debe de estar almacenada en repositorios electrónicos (memorias de ordenados o discos duros) 3.- La información debe de estar organizada para su localización y difusión. Creando catálogos y utilizando los metadatos para su mejor clasificación y localización. 4.- La información debe de ser mantenida en el tiempo, teniendo muy en cuenta su inalterabilidad en los contenidos, pero adecuándose a los futuros cambios tecnológicos. 5.- La información debe de estar abierta para permitir el acceso remoto desde cualquier nodo de la red.

Cada uno de estos puntos, deben ser implementados realizando tareas de mayor o menor dificultad técnica, esfuerzo laboral, o costo económico.

Estos rasgos generales son comunes a cada una de las múltiples bibliotecas digitales que están siendo desarrolladas por distintas instituciones (en la mayoría de los casos a partir de bibliotecas de papel) o personas. Con independencia de su tamaño e importancia, todas ellas deben emplear normas compatibles y alta calidad técnica, ya en el futuro se irán integrando en un sistema bibliotecario mundial.

Cuando uno piensa en el enorme esfuerzo que deberá hacerse para convertir toda la producción impresa (y aun manuscrita) a soporte digital, y para organizar toda esa información digitalizada y en la cantidad de recursos físicos y lógicos que serán necesarios para alojar toda esa información, la primera tendencia es pensar que solo podrá llevarse a cabo si alguna institución con fondos económicos abundantes toma en sus manos la tarea. Pero si uno lo medita algo más, llega al convencimiento de que no hay ninguna institución que pueda abordar semejante planteamiento.

Entonces ¿cómo actuar ? Siempre que se plantea un problema de gran envergadura me viene a la memoria las enseñanzas de Buda para resolver el problema de :¿Como podemos pesar un elefante de gran tamaño ? al que encontramos, en el antiquísimo libro titulado "La enseñanzas de Buda" en su parte dedicada a "El camino de la practica", la siguiente respuesta : "Carguemos el elefante en un bote y marquemos con una línea el nivel hasta el que este se ha hundido en el agua. Saquemos el elefante del bote y carguémosle con piedras hasta que el bote se sumerja al nivel que indique la línea que habíamos marcado cuando estaba cargado el elefante. Pesemos las piedras una a una. La suma del peso de todas las piedras será el peso del elefante”.

Aunque la Biblioteca Digital Universal, no es “un elefante de gran tamaño”, la complejidad de construirla solo podrá realizarse por la cooperación de un sin fin de pequeños o medianos proyectos, como de hecho se está haciendo en la realidad. Sin embargo, en algunos momentos, ciertas instituciones se plantearon la posibilidad de abordarlo en su totalidad.

La primera biblioteca digital, conocida como Proyecto Gutenberg, era un modesto intento de digitalizar textos, en formato ASCII para su mayor difusión, en época en la que la compatibilidad entre ordenadores y sistemas operativos era muy baja, ya que la heterogeneidad de los sistemas, se usaba por las empresas como procedimiento comercial para tener cautivo a los mercados conseguidos.

El Proyecto Gutenberg comenzó en 1971, impulsado por Michael Hart, aprovechando horas disponibles de tiempo de computadora en un Laboratorio de Investigación de la Universidad de Illinois. Estas facilidades de computación decidió aplicarlas en una actividad poco cultiva en aquella época : el almacenamiento, la búsqueda y la recuperación de textos que hasta entonces se almacenaban en forma impresa en las bibliotecas de papel.

El Proyecto Gutenberg de Biblioteca Pública Electrónica esperaba tener en su colección más de 10.000 libros antes de que finalizase el siglo XX, todos ellos de dominio público, es decir : no sujetos a ninguna restricción de difusión por Copyright o de otros derechos de propiedad intelectual  [6] .

Otro ejemplo de biblioteca digital de interés para ser reseñado aquí es el Oxford Text Archive (OTA), fundado en 1979. Desarrollado dentro del la Humanities Computing Unit de los Servicios de Cálculo de la Universidad de Oxford.

La OTA es solo un depósito de textos y no produce recursos digitales propios, sin embargo, es depositario de los recursos digitales de alta calidad elaborados por un amplio sector de personal académico, dedicados a esas tareas como parte de sus actividades ordinarias, pero que no tienen la experiencia suficiente, ni los recursos adecuados, para asegurar que sus datos se conserven en el tiempo y se puedan volver a utilizar en el futuro, hecho crítico cuando se trata de datos valiosos cuya perdida, deterioro u obsolescencia sería muy grave.

Otro ejemplo de biblioteca digital, que paulatinamente van incrementando el número de sus enlaces con fondos digitales almacenados en otros servidores es The Internet Public Library (IPL). de la Universidad de Michigan. Uno de los objetivos de la IPL es defender los importantes valores de las bibliotecas, expresados en la Declaración de Derechos de la Bibliotecas  [7] . Esta biblioteca digital permite el acceso en línea a más de 20.000 documentos.

Otras varias bibliotecas digitales modestas se fueron desarrollando desde comienzo de los años 80 cuando todavía los medios no hacían percibir la enorme repercusión que tendrían este tipo de bibliotecas en el futuro.

Cuando los recursos informáticos comenzaron a abaratarse y las redes informáticas crecían de forma exponencial en el mundo, la idea de la difusión de la cultura utilizando estos medios quedó patente.

Cuando todavía el conocimiento y los recursos informáticos estaban recluidos en los Centros de Calculo de las grandes instituciones, parecía natural que fueran estas las únicas con capacidad para abordar tan grandiosa tarea. Las grandes bibliotecas del mundo, como la Biblioteca del Congreso de Washington, la Biblioteca Británica, las Bibliotecas Nacionales de París y Canadá, por citar solo algunas de las mas importantes, abordaron con entusiasmo esta tarea. Pero pasados los años, los resultados, con ser apreciables no han colmado las expectativas.

Otro intento de crear la gran biblioteca digital con el apoyo de una rica institución de proyección universal se hizo al fundar la Bibliotheca Universalis. Proyecto promovido por el G-7 (grupo de los siete países más desarrollados del mundo). En él colaboraron también otras instituciones de países avanzados no miembros del G-7 y algunas instituciones internacionales como UNESCO, la Unión Europea y algunas Bibliotecas nacionales.

El Proyecto se inició como consecuencia de la reunión de jefes de gobierno del G-7 celebrada en Nápoles en julio de 1994. En esta reunión se puso de relieve la necesidad de impulsar la Sociedad Global de la Información. Las primeras acciones acordadas por los miembros del G-7 junto con la Comisión Europea fueron identificar un cierto número de proyectos de calidad en los que fuera importante la cooperación internacional. Estos proyectos deberían estar orientados a probar el potencial de la Sociedad de la Información y a estimular su desarrollo.

En el proyecto Bibliotheca Universalis se debería prestar especial atención a los problemas relacionados con las condiciones de uso, autenticación y protección de la propiedad intelectual (desde los documentos antiguos hasta la información relacionada con la investigación) de las publicaciones accedidas y distribuidas en forma digital a través de las redes de bibliotecas.

Tampoco la Biblioteca Universalis ha conseguido desarrollar la por todos deseada Biblioteca Digital Universal.

Sin embargo siguen apareciendo múltiples proyectos menores que sin prisa pero sin pausa están logrando empedrar el camino que nos conducirá al deseado fin, gracias a las normas internacionales que se van desarrollando por los propios interesados, a las facilidades de comunicación que brindan las actuales redes telemáticas, y al considerable abaratamiento de los materiales informáticos.

Gracias a estas condiciones favorables de la infraestructura tecnológica y a la popularización de los conocimientos informáticos y a la disminución del analfabetismo informático, está siendo posible la difusión de la Cultura en el ámbito planetario, se están modificado las formas enseñar y aprender, con grandes repercusiones en los sistemas educativos y se está logrando incidir en la forma de trabajar para permitir que un número cada vez a mayor de personas participen en tareas creativas.

Pero, antes de terminar, hagámosnos una pregunta ¿cuál es la causa de que a pesar de las facilidades tecnológicas, la difusión de las bibliotecas digitales no sea tan grande como cabria esperar ?

Es cierto que un cierto sentimiento tecnófobo dificulta, en alguna medida, esa difusión, pero a nuestro juicio ese no es el principal obstáculo. Creemos que el principal obstáculo son las actuales leyes de la propiedad intelectual que convierten en monopolio de hecho la actividad de difusión de la cultura, con las graves consecuencias intelectuales y económicas que se desprenden de esta situación.

No podemos entrar en los detalles de esta cuestión, que bien merecería otra conferencia. Solo diremos que las actuales leyes de la propiedad intelectual no tienen ningún antecedente en el Derecho Romano, ni en eclesiástico de la Edad Media. Las primeras restricciones legales a la libre difusión de los libros, surgen a raíz de la invención de la imprenta. Se establecen inicialmente como censura para evitar la circulación de ideas heterodoxas, y como privilegios reales otorgados a algunos impresores sobre obras especificas.

Las primeras disposiciones legales sobre la propiedad intelectual, son relativamente recientes, situándose a principios del siglo XVIII, en tiempos de la reina Ana de Inglaterra, y son solo derechos temporales por periodos cortos (14 años).

Es en el siglo XIX, cuando este derecho se generaliza y amplia, y en el siglo XX cuando adquiere los perfiles actuales, que impiden la libre circulación de los textos, hasta un periodo que sobrepasa los 70 años posteriores a la muerte del autor.

Las bibliotecas siempre han estado exentas con respecto al derecho de propiedad intelectual, ya que la lectura en sus salas y aun utilizando sus servicio de préstamo no debían pagar ningún royalty. Es ahora, cuando a través de las bibliotecas digitales la difusión de la cultura puede ser universal cuando se plantea también a las bibliotecas el pago de derechos o la prohibición de ejercer la función que siempre han ejercido.

Lo dejaremos aquí, aludiendo a una nueva forma de copyright, denominado copyleft, mediante el que se resolvería ese conflicto, y del que debería de tratarse, en extenso, en una conferencia sobre la propiedad intelectual.

4.- Conclusión.

Como conclusión resumiremos las ideas expuestas en los siguientes puntos :

1.- Los libros en todas las épocas han sido objetos tecnológicos.

2.- Con los actuales métodos de edición impresa no se puede dar respuesta a las necesidades de información que demandará la Sociedad de la Información y del Conocimiento.

3.- La Revolución Tecnológica permite que la actividad principal del hombre sea la creación de bienes inmateriales y, para ello, demandará cada vez más información.

4.- La Biblioteca Digital es necesaria para asegurar la conservación y facilitar la difusión de grandes cantidades de información, en cualquier momento y a cualquier lugar, para uso personal y para atender la demanda requerida para realizar las tareas de creación de bienes inmateriales.

5.- La creación de la gran Biblioteca Digital Universal, solo se alcanzará por la integración de miles de bibliotecas digitales parciales

6.- Es necesario revisar el actual derecho de la propiedad intelectual.

[1] Eos ()= aurora.

[2] Porque, si para leerlo, tenemos que imprimir el texto previamente en la impresora local, ¿cuál es la ventaja del libro electrónico ?

[3] Fundada por Tolomeo I a principios del siglo III antes de Cristo. Junto a sus depósitos había escritorios donde se copiaban los originales conservados en la Biblioteca. Zenódoto de Efeso fue su primer Bibliotecario ; Calimaco realizó su primer catalogo ; otros bibliotecarios notables fueron Aristofanes (257-180 a.C.) y Aristarco (217-145 a.C.). Sufrió fuertes daños durante el asedio a Cesar en Alejandría. Después fue parcialmente destruida por Aureliano en 272 d.C., por Todosio en 391, y destruida definitivamente en 640 por los musulmanes del califa Omar I.

[4] Juan Paez, promotor de las bibliotecas ante Carlos V y Felipr II, realza su importancia en un Memorial al rey don Felipe II sobre la formacion de una libreria, publicado hacia 1550 y transcrito en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos en 1883, del que transcribimos el siguiente parrafo : De manera, que los lectores de Universidades, cada uno en su facultad tiene necessidad de este socorro, para enmendar los Libros, que lo han bien menester, segun imprimen negligentemente, y segun que muchos los corrompieron antiguamente, y los corrompen agora. No sólo son menester las Librerias Reales, para enmendar lo publicado ; pero también para suplir muchos pedazos, que les faltan, y tratados enteros en todas professiones ; porque ni Theologos, ni Juristas, ni Médicos, ni Philosophos, ni Mathematicos tienen todos los Libros de sus facultades. A todos faltan muchos de los principales, y antiguos, que pudiera declarar fácilmente con exemplo, si no temiesse la prolijidad. Por causa de las Librerías perdieron muchas Naciones el nombre de bárbaros, y muchas Ciudades fueron frequentadas de los principales Hombres del Mundo, y se ennoblecieron con Estudios y Universidades. Las Librerías son causa que se haga amistad, y concordia entre muy diversas Naciones por via de letras. Vienense con seguridad los principales ingenios, á donde estan las fuentes de la doctrina, como los lugares, que de las peñas, y riscos baxan á morar junto á los rios, quando se confiar en la paz. No creciera tanto Alexandria, si aquella Librería no atraxera tantos Sabios, que hicieron aquella tan famosa Universidad. Por manera que no es pequeño provecho tener cosa, que ennoblezca una Nación, y convide los Principales del Mundo á visitarla.

Allende de esto, como tras un Exercito, que no se hace mas de para la gente de guerra, van muchos Oficiales, y otras gentes necesarias al servicio ; assi se harán luego muchos escribientes en todas lenguas, y ganará de comer mucha gente. Exemplo de esto tenemos en Roma, y Venecia, donde por causa de las Librerias hay gran copia de buenos Escribanos. Tambien irán tras la Libreria las impreesiones muy buenas y baratas. Assí vemos en Francia, que con la Libreria del Rey se hicieron impresiones, que llaman Reales, y las concede el Rey por via de merced. Tambien se hace en Florencia ; y se hiciera en Roma, si viviera el Papa Márcelo. Siguen tambien á las Librerias los artificios de hacer papel, por causa de los Escribientes, y estampas. Quien consideráre la suma de dineros, que sacan los que ván fuera de España á estudiar ; y lo que llevan Libreros Franceses, y de otras Naciones, por causa de Libros, y Papel, verá la importancia que es tener Librerias Reales ; porque todo vá eslabonado, como tengo dicho. Tras los Libros ván los hombres sabios ; y tras ellos los que quieren ser discípulos ; y estos han menester á los Escribanos, y estampas ; y estas los materiales, que son papel, y pergamino, y lo demás.

[5] Felipe V, crea en 1712, la Biblioteca Real, que se transformaría en Biblioteca Nacional en 1834. La Biblioteca Imperial de Austria (actual Biblioteca Nacional)se crea en 1726. En 1753 se crea la Biblioteca Britanica. En 1800 se funda la Biblioteca del Congreso de Washington.

[6] Dada la naturaleza del Proyecto Gutenberg, se prestó especial atención a la Colección de Literatura Ligera, en la que se incluyen obras como Alicia en el País de las Maravillas, Alicia a través del Espejo, Peter Pan, las Fábulas de Esopo,... , también se incluyen clásicos como Homero, Sófocles, Jenofonte, Platón, Aristóteles, Julio Cesar, Cicerón, Lucrecio, Virgilio. Se dedica bastante atención a la literatura francesas incluyendo obras de Descartes, Moliére, Racine, Rabelais, Rostand, Dumas (padre e hijo), Stendhal, Balzac, Flaubert, Gauthier, Victor Hugo, Balzac, Anatole France, Emilio Zola y otros. Entre los escritores rusos existen obras de Chejov, Dostoieski, Gogol, Gorki, Lermontov, Tolstoi y alguno más. Las restantes literaturas están poco representadas. Los principales autores alemanes incluidos son Goethe, Nietzsche, Marx, Lutero, Kempis... De la literatura española sólo están presentes obras de Cervantes, Fernando de Rojas, el Lazarillo de Tormes y Blasco Ibáñez.

[7] DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS BIBLIOTECAS : La Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos de América (American Library Association) afirma que todas las bibliotecas son foros abiertos para la información y las ideas y que las siguientes normas básicas deben dirigir sus servicios. I. Con el fin de satisfacer el interés de sus usuarios y darles acceso a todo tipo de información, toda biblioteca debe poner sus libros y otros recursos a la disposición de todos los integrantes de la comunidad a la que sirve. II. Toda biblioteca debe proveer información y materiales que representen todos los puntos de vista sobre temas históricos y de actualidad. Ningún material debe ser prohibido ni retirado de circulación por motivos doctrinarios o partidistas. III. En su misión de proveer información sin restricciones, toda biblioteca debe enfrentarse a todo acto y tipo de censura. IV. Toda biblioteca debe cooperar con todos los individuos y grupos interesados en oponerse a cualquiera restricción a la libre expresión y acceso a las ideas. V. No se le debe negar a ninguna persona el derecho de usar la biblioteca por motivos de origen, edad, antecedentes personales o punto de vista. VI. Toda biblioteca que cuente con espacio disponible para exhibiciones o reuniones públicas, debe ofrecerlo de forma equitativa, sin tener en cuenta la creencia o afiliación de los individuos o grupos que soliciten su uso. Adoptado el 18 de junio 1948. Enmendado el 2 de febrero de 1961 y el 23 de enero de 1980 por el Consejo de la Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos de América (Council of the American Library Association).