Historia de la Matemática Iberica :: Correspondencia de Rey Pastor

De Rey Pastor a Babini 22 xx 1955

 

San Luis 22

Caro Babini : La clase de hoy anticipada antes de partir para ultimar aquí los trabajos pendientes de mis alumnas, y para librarme de una entrevista inútil con el Investigador supremo de la Facultad, así nombrado por mérito de sus actividades de comité político, aprobadas según parece, por todos los estamentos de la actual Universidad reformista y sedicente democrática. Antes de hacerme revisar por el Dr. Allende Lezama, conversé con miembros conspicuos del grupo Houssay, confortándome al ver que somos muchos los desahuciados por Vds. quienes a juzgar estadísticamente, son por ahora, los hombres normales.

En la próxima semana nos reuniremos algunos anormales para ver si además de nuestra coincidencia crítica de la actual universidad, cuyo Fichte parece ser José Luis, estamos de acuerdo con vuestras ideas constitutivas. No he madurado todavía las mías, pero verdes e incompletas, ahí van algunas :

a.- cuando se usa una palabra de la lengua vulgar es preciso citar la acepción elegida para evitar equívocos y contrasentidos. La palabra internacional Universidad sin (epítetos) diversos que cambien su sentido (laboral, obrera, técnica, ... ) tiene en el mundo un significado bastante uniforme, con variantes que acentúan uno u otro de sus fines : profesional, educativos, científicos. Vds. los nacidos bajo los signos de Lenín y del Peludo, quieren resucitar a la vieja universidad reformista del inefable Salinas, es decir, la "universidad política" con sus soviets de estudiantes y egresados, trabajados y dirigidos por los más vivos y desaprensivos que suelen ser los más incapaces para la ciencia, aunque saben darse maña para crearse una falsa aureola. En nuestra Facultad son o serán los Vigneaux, Cernuschi, Varsavsky, que no hicieron ni harán nada serio, mientras los Santaló, Roxin, Gambiaggi se arrinconarán en sus libros. Sin embargo, me dice González que las elecciones han resultado bien y mucho me alegra que en nuestra Facultad no haya surgido el Astich Vera que logre embaucar a los muchachos.

b.- En las universidades de Alemania, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, cuyos matices distintos han sido señalados en a), hay un denominador común : la tarea del profesor universitario es adiestrar a sus alumnos en la resolución de los problemas de su profesión, es decir, no basta enseñarles, o sea mostrarles las diversas ciencias ; es preciso adiestrarles en la combinatoria de todos sus métodos para que el alumno sea capaz de diagnosticar y curar enfermos, ganar pleitos, y proyectar construcciones para un fin determinado. Esto mismo se hace, y no del todo mal, en nuestras facultades que desdeñosamente llamamos profesionales, sin percatamos de que las Facultades que no cumplen, las que no merecen el título de universitarias que ingenuamente pretendemos monopolizar, son las nuestras, la de Ciencias y la de Filosofía y Letras.

Acostumbrados, generación tras generación, a enseñar (mejoradas quizás) las doctrinas que aprendimos, para que nuestros discípulos las repitan en su día algo modernizadas, hemos llegado a creer que la misión de nuestra Facultad y la de su hermana es la fabricación ilimitada de esa cadena de enseñantes ad infinitum, herramientas para fabricar herramientas iguales a si mismas, que nunca producirán otra cosa.

Dejando de lado la función social del saber histórico-literario-filosófico con sus n vertientes, por las cuales nos despeñaríamos muy lejos y ciñéndome a mi oficio de matemático, estaría muy errado si creyera con muchos colegas hermanos de lengua que nuestra misión en la tierra ha terminado con trasmitir multiplicados y con mayor rigor los teoremas heredados. Con esa mimética actividad de revendedores de saber, aunque proceda de los más acreditados fabricantes, apenas si hemos iniciado nuestra tarea, la cual no alcanzará plenitud mientras no logremos transmitir con la ciencia codificada en múltiples saberes el arte combinatorio de esos eruditos conocimientos, conducente al planteamiento matemático de los problemas propuestos por otras ciencias y a la resolución de algunos ; amén de los problemas puros, emergentes de modo natural o artificial, en el seno de la Matemática apta como ninguna para el auto-crecimiento, por su naturaleza misma, combinatoria de estructuras abstractas.

c.- Ilegítimo sería usar la palabra [ . . . ] siquiera lo que se llama así en los 5 países donde nació y creció esa institución medieval, y desde Bolonia a Princeton ha prosperado y brilla sin eclipse. Veamos exclusivamente la Matemática, que sola o acompañada forma una Facultad en todas las universidades y comparemos.

Con fines estadísticos he rebuscado las publicaciones que he podido en todo el mundo sin encontrar un sólo profesor titular de esos cinco países que no haya publicado notas y memorias de calidad diversa, dentro de la gama infinita que va desde la estupidez hasta la genialidad, y todos sin excepción, han abordado problemas ajenos, con ánimo de superar las soluciones conocidas, o se los han propuesto por su cuenta, con éxito o fracaso, pero cumpliendo religiosamente su deber, obligación moral que a la vez es necesidad material ; pues ningún egresado obtendría cátedra en esas naciones, sin un haber ponderable de publicaciones originales.

Refiriéndonos más concretamente a Italia, ese caudal mínimo exigido puede ser "una docena de notas y tres o cuatro memorias" juzgadas a fondo por una comisión de especialistas, profesores en diversas universidades. A pesar de haber superado mucho esa cifra algunos amigos míos, fueron postergados repetidas veces a jóvenes de mayor empuje, quedando "para vestir imágenes" en el último escalón de la docencia. En él desempeñan, sin embargo, una labor útil análoga a la de los titulares argentinos o españoles : la repetición de buenos textos, el dictado de cursos elementales,.... y algo más importante que los hispano parlantes desprecian por ser casi todos incapaces de hacerlo : la dirección de los estudiantes en la resolución de problemas. No, y cien veces no, nuestras insulsas "clases prácticas" con sus ejercicios de aplicación ciega de recetas demostradas en "clave oral", ejercitación que sería útil sin fraude, sino ese penetrar de las inteligencias que produce en ellas el alumbramiento de la "feliz idea".

d.- Profesores de mis dos patrias conozco que no resolvieron nunca un solo problema : ni del Vander Waerden, ni siquiera del clásico Rouché. ¿Por qué magia podrían formar matemáticos, es decir, hombres capaces de plantear y resolver problemas matemáticos ? Eruditos por la incompetencia mental, atiborrados de neologismos y nombres de autores extranjeros aprendidos en un solo libro, ni siquiera pueden cumplir la obligación primera del profesor medieval : leer el texto oficial y contarlo, pues saltarían a la vista los párrafos no entendidos. Es más cómodo saltar esas lagunas haciendo unos apuntes mechados con intención de párrafos de otro libro "que están más claros" ; y de esa ensalada mixta, que los alumnos no llegan a ver y el profesor recitar, pues al oído toda la sabiduría emanada de éste, en forma de nuevos apuntes, aceite de 2a. presión, fatalmente indigesto, cuando no tóxico.

En el mejor de los casos, cuando el apunte elaborado por el profesor sea correcto y su exposición brillante, esa útil labor es propia del répètiteur, del profesor adjunto, como se hace en los cinco países cumbre y también en España ; la tarea del titular no es la de dar cursos elementales impresos en varias lenguas, y si lo hace por excepción ha de ser para explicar alguna concepción novedosa, digna de estampa.

Las palabras leer y lección deben, pues, desaparecer del léxico universitario 500 años después de la imprenta, y los apuntes que al profesor adjunto o repetidor sirvan de guía para su lectura deben quedar en Bedelía, a disposición de todos, como antaño el Almagesto o el Euclides.

Más necesaria que nunca es, por el contrario, la segunda tarea impuesta en Salamanca o París : "estar al poste una hora después de la lección". Este servicio docente que debería organizarse en la biblioteca, donde los adjuntos y aún titulares orientarían al estudiante sobre los libros que debe leer y los que no debe leer, será muy difícil para los profesores consultados sobre puntos oscuros de libros que no han leído o no han entendido ; pero su utilidad formativa sería infinitamente superior a la del discurso de cátedra.

e) f) g). . . . seguiría si no estuviera seguro de que no ha llegado Vd. hasta aquí, pero el miércoles lo atraparé y si no lo encuentro, será otro día y no se librará de oírme sobre la urgencia de transformar en Universidad, ese bachillerato pretencioso que en Viamonte y Perú llaman Universidad.

Hasta entonces, lo saluda cordialmente,

J. Rey Pastor